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Condición Corporal: importancia de la misma en la producción de leche

Equipo Técnico de Producción Primaria

Una de las tantas variables que más influyen dentro de la producción de leche es la condición corporal. La misma se define como la cantidad de reservas que tendrá nuestro rodeo antes de parir, durante la lactancia y al terminar la misma. En la Figura 1 se muestra un ejemplo (adaptado de Elanco):


Desde el punto de vista de manejo en relación a todas las etapas en las que se encuentran las vacas (secas, pre parto y lactando), lo ideal sería secar las mismas en no menos de 3 a 3.5 puntos para que en toda la lactancia con una nutrición adecuada en los 3 tercios de lactancia (100, 200 y 300 días) logremos el mismo valor.

Siempre será más perjudicial que las vacas secas superen los 3.5 puntos, ya que los trastornos metabólicos pos parto y en los primeros 100 días de haber parido ocasionarán menor producción en el pico de lactancia y mayor dificultad para volver a preñarla, yendo a un descarte casi seguro. Cabe recordar que no se logrará  aumentar ni siquiera 1 punto en los 40 a 60 días que se sequen con menos de 3 puntos. Este grupo de vacas durante la nueva lactancia priorizará con los consumos de materia seca recuperar estado y no producir leche, con lo cual la producción de las mismas no será en todo su esplendor.

En relación a lo comentado anteriormente, el Gráfico 2 conjuga la curva de producción de leche con la del consumo de materia seca y la condición corporal. En los primeros 3 meses el desafío consta en lograr más producción de leche (llamado pico de lactancia), mas consumo de materia seca y ambas variables se combinan con una drástica disminución del peso corporal llamado Balance Energético Negativo (BEN).

 

Ya para el segundo y tercer tercio de producción los consumos de materia seca se normalizan y en la medida que avanza la lactancia ambas variables van en disminución. Analizando la producción individual que presenten esas vacas, aquellas con más de 200 días en lactancia la dieta ofrecida debe ser de tipo fibrosa y no tan energética, ya que los picos de lactancia ya se produjeron y por más que se ofrezca dietas hiperenergéticas no lograremos que aumente la producción.           

Sin importar el sistema de producción (pastoril, mixto o encierre) debemos hacer especial hincapié en cuestiones tales como:
  • Alimentación diferenciada en vacas secas y pre parto: utilizar los mismos ingredientes que luego serán suministrados en la etapa de lactancia, pero no es las mismas cantidades. Se recomienda dietas fibrosas a base de rollo de paja de trigo, cebada, moha y silaje de maíz o sorgo. Además necesitan  confort como sombra, corrales altos y agua en cantidad.
  • En los primeros 100 días de lactancia si fuera posible a un lote diferenciado ofrecer  una dieta con más proporción de concentrado y un balance entre fibra, energía y proteína para aumentar la producción en los primeros 100 días de haber parido. En este grupo de vacas en BEN es vital ofrecer confort, agua en cantidad y observación constante, ya que ese grupo de encuentra en “puerperio” y debe recuperarse lo mas rápido posible para comenzar con el nuevo ciclo reproductivo.
  • Durante los 200 a 300 días debemos enfocarnos en trabajar sobre dietas con mas participación de forraje y moderados niveles de concentrado o subproductos, en pos de diluir la concentración energética de la dieta. Es importante destacar que los litros que no logramos en los primeros 3 meses no los vamos a lograr más adelante.

Llevando a cabo estas recomendaciones de manejo y  de “costo cero” se podrá  aumentar la producción y evitar cerrar lactancias en vacas con un exceso en la condición corporal, que sin dudas traerá muchos problemas en los servicios y partos futuros. Solo de esta manera con el manejo diferenciado desde la etapa pre parto hasta el secado se lograrán mas  vacas sanas y productivas.