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Programa de Desarrollo Tecnológico

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Recomposición de la cadena forrajera

Ante las condiciones climáticas adversas que se presentaron en estos últimos tiempos  y considerando que un amplio porcentaje de los tambos se  vieron afectadas pasturas y verdeos con diverso grado de daño, e incluso con pérdidas totales de las mismas, es que urge la necesidad de una recomposición inmediata de la cadena forrajera.


  1. En el caso donde las pérdidas de pasturas fueron parciales, se recomienda sembrar lo antes posible, según lo planificado antes del temporal.
  • Debe darse prioridad de siembra a los potreros que estaban destinados a verdeos, para lograr el primer aprovechamiento lo antes posible, período que puede llevar entre  65 y 70 días, dependiendo de las condiciones climáticas existentes (temperaturas, heladas, precipitaciones, etc.), logrando entonces proteína de buena calidad y de bajo costo para la alimentación del rodeo.
  • Hay que asegurar la siembra de la superficie de alfalfa que estaba programada, para llegar a las hectáreas que se necesitan anualmente en cada sistema. Si las condiciones de siembra permiten la implantación antes del período de fuertes heladas, sembrarlas. De lo contrario, arriesgar sólo una parte y programar siembras de primavera, teniendo en cuenta el control de malezas que deberemos realizar.
  • Las pasturas menos afectadas por el temporal serían las que conforman el resto de la superficie de nuestro sistema. Pasado el invierno se evaluará el estado general de esta superficie y se decidirá el destino de la misma, conjuntamente con la superficie de los verdeos de invierno que culminan su ciclo.
  1. Si las pérdidas de pasturas fueron totales y urge la recomposición inmediata de la cadena forrajera al menor costo posible, se recomienda:
  • Sumar la superficie que había programada para verdeos y la superficie destinada originalmente a la implantación de alfalfa, hasta alcanzar aproximadamente el 50 % de la superficie total del campo (ver esquema), y sembrar pasturas consociadas (alfalfa + verdeo de invierno).
Un ejemplo típico de esto es una pastura conformada por 13 kg/ha de alfalfa + 15 kg/ha de trigo, lo cual permite adelantar el primer pastoreo y tener los potreros a la salida del invierno con la cantidad de alfalfa necesaria ya implantada para continuar el año. Esto tiene la ventaja de reducir las hectáreas de siembra (alfalfa por un lado y verdeos por el otro), tener el doble de superficie de verdeos,  obtener proteína barata y de buena calidad lo antes posible y evitar siembras de alfalfa fuera de época (primavera) ganando tiempo, debido a que el consumo de los forrajes conservados será elevado en el invierno y, por lo tanto, la cantidad planificada para todo el año se reducirá considerablemente.
 
  • Habrá  que acomodar lo antes posible el resto de la superficie (alfalfas perdidas por el agua, pisoteadas por los animales), a la salida del invierno, para implantar -si las condiciones lo permiten-, verdeos de verano como maíz o sorgo para silo, sorgo forrajero para pastoreo directo, soja para pastoreo o destino agrícola, con el fin de tener la superficie inutilizada el menor tiempo posible.
 
alfalfa perdida (10 has)   alfalfa perdida (10 has)
alfalfa perdida (10 has)   alfalfa perdida (10 has)
alfalfa perdida (10 has)   alfalfa + trigo (10 has)
alfalfa + trigo (10 has)   alfalfa + trigo (10 has)
alfalfa + trigo (10 has)   alfalfa + trigo (10 has)
 
*En el esquema anterior, se ilustra como quedaría programada la siembra en un campo de 100 hectáreas utilizables, con pérdidas totales a raíz de las inundaciones. Como se mencionó anteriormente, la siembra de pasturas consociadas permite tener en el menor tiempo posible 50 hectáreas de verdeo con rápido aprovechamiento y luego 50 hectáreas de alfalfa implantadas.
 
Los lotes con alfalfas perdidas por el agua y pisoteadas por los animales quedarían para sembrar en la primavera con destino forrajero o agrícola.
 
Buscar la mejor alimentación
Como consecuencia de las pérdidas de pasturas y verdeos, y la necesidad de implantar y esperar hasta el primer aprovechamiento de las nuevas pasturas, habrá déficit proteico en el tambo. Será imprescindible hacer un aporte externo de proteína (P) al sistema, ya que se convertirá en el nutriente limitante de la alimentación del rodeo. A medida que comience nuevamente el pastoreo, se reemplazará el alimento comprado por el producido en el campo.  
Hay un lapso de tiempo crítico, que como ya se mencionara en líneas anteriores puede variar entre 65 y 75 días, aproximadamente.
Se debe hacer un análisis muy profundo de los recursos de propia producción (silo de alfalfa, henos, silo de soja, soja grano, etc.) existentes en el establecimiento, para luego evaluar qué comprar y cómo suministrar los alimentos proteicos, dependiendo éstos de la zona, la calidad que se consiga, el precio y la continuidad de entrega, ya que esto implicará también un esfuerzo económico.
Sabiendo que en la mayoría de los establecimientos existen reservas de silos de maíz y/o sorgo (que proveen fibra y energía), y que el grano de maíz es de uso común en las dietas del rodeo lechero,  surge la necesidad de complementar las mismas con alimentos proteicos. Por lo tanto, es el momento de recurrir al asesoramiento técnico para evaluar qué fuente proteica es la más apropiada para cada caso. Existen diferentes alimentos que aportan proteínas a la dieta, tales como expeller de soja, pellet de girasol, algodón semilla, urea, balanceado comercial, burlanda de maíz, afrechillo de trigo, poroto de soja, etc.
 
Si bien, cuando se habla de balance de dietas y alimentación, se piensa en el rodeo lechero, no se debe olvidar que es igual de importante alimentar bien a las vacas pre-parto, las vaquillonas preñadas y las terneras en crecimiento, ya que las primeras serán vacas lecheras en el corto plazo, y las demás están en plena etapa de desarrollo corporal.

Consulte con su asesor y busque la mejor alternativa